Drama Queens y Crisis Kings

Fíjate si esto te suena familiar: alguien te llama por teléfono y comienza a soltar sin aliento los últimos detalles dramáticos de su vida, con toda la urgencia e intensidad de una llamada al 911. Ha habido una desagradable discusión con los padres, una pelea con el compañero de cuarto, una pelea con el jefe. Los detalles de esta última crisis-de-jour no son realmente el punto; es otro GRAN PROBLEMA por el que enojarse y quejarse, otra calamidad por la que preocuparse.

«¡Todo esto es demasiado!» la persona derrama. «No puedo soportar mucho más de esto. Mi vida se derrumba a mi alrededor y estoy al borde del colapso total». De nuevo. Como la semana pasada.

¿Tienes a alguien así en tu vida? ¿Alguien que convierte las situaciones más mundanas en caos? ¿Alguien cuya existencia diaria es un trastorno o explosión o estallido emocional tras otro? Llámalas reinas del drama, o su equivalente masculino, reyes de la crisis, y llámalas un verdadero desafío en las relaciones amorosas.

Probablemente esté familiarizado con cómo actúan estos tipos histriónicos y que causan estragos, pero ¿alguna vez se ha preguntado por qué actúan de esa manera? Los psicólogos señalan varias razones posibles:

Una atmósfera infantil caótica. Cuando un niño crece en un entorno hogareño que carece de estabilidad y previsibilidad, se acostumbra a las turbulencias. Las únicas constantes son el cambio, la volatilidad emocional y la necesidad de adaptarse a nuevas situaciones. En tal atmósfera, es como si se reiniciara el indicador de lo que constituye la «vida normal», con una mayor necesidad de estimulación emocional. Como adultos, estas personas, consciente o inconscientemente, buscan formas de satisfacer el hambre de conmoción.

Falta de paz interior. Las personas sanas han aprendido a simplemente «ser», saben cómo disfrutar de los momentos tranquilos, saborear la soledad y tolerar los momentos de aburrimiento. Las reinas del drama y los reyes de la crisis necesitan confusión para mantenerlos estimulados y preocupados. Nunca han aprendido a sentirse cómodos en su propia piel y en paz consigo mismos, por lo que se sienten atraídos por las personas y las situaciones que traen consigo trastornos.

Una estrategia de evitación. Algunas personas están tan absortas en manejar situaciones difíciles (o crearlas) que se convierte en una excusa conveniente para evitar mirar problemas reales. Con tantas relaciones que tratar de arreglar y tormentas que capear, ¿quién tiene el tiempo o la energía para mirar detenidamente lo que está sucediendo adentro?

Una necesidad excesiva de atención. Casi todo el mundo disfruta de la atención y el interés de los demás, eso es parte del ser humano. Pero algunas personas tienen una necesidad desproporcionada de atención debido a su baja autoestima, una imagen grandiosa de sí mismos o un espacio vacío en su interior. Se satisface una necesidad profunda cuando la gente se reúne y dice: «Vaya, lo tienes difícil. ¿Cómo estás soportando esta carga?» Nada atrae a curiosos y espectadores como un accidente de tren, y eso es exactamente lo que se asemeja a la vida de algunas personas.

Un trastorno de la personalidad o del estado de ánimo. Una persona con un trastorno psicológico como el narcisismo, la personalidad bipolar o límite puede tener problemas de comportamiento o emocionales importantes que a veces representan un gran problema para las relaciones a largo plazo. Algunas personas con este tipo de trastornos tienden a exagerar o manejar mal las emociones.

Aquí está el quid de la cuestión para los solteros: incluso las relaciones más normales y estables tienen muchos desafíos que superar, sentimientos que manejar y problemas que resolver. Tenga cuidado de no enredarse con un hombre o una mujer atraídos por un drama excesivo. Date la mejor oportunidad de tener una relación duradera y feliz al encontrar una pareja que pueda mantener la sensatez y la calma.