Cualquier hombre que busque una mujer querrá una respuesta a esta pregunta: ¿Cómo funciona la atracción? ¿Es realmente la fuerza misteriosa y caprichosa que a menudo parece ser?
Claramente, la matemática de la atracción no es tan simple como los anunciantes quieren hacernos creer. En su mundo, X (la ropa y la colonia adecuadas) + Y (el auto y la carrera adecuados) = Z (romance garantizado). La experiencia real se parece más a las exasperantes ecuaciones de la física cuántica, donde X, Y y Z parecen tener una mente propia, y puede que exista o no en el momento en que les des la espalda.
Carl Jung lo acertó cuando propuso que los procesos inconscientes representan hasta el 90 por ciento de nuestra toma de decisiones. En otras palabras, la mayoría de las veces lo que motiva nuestras elecciones está más allá de nuestro pensamiento y conciencia conscientes. La buena noticia es que no tiene por qué seguir siendo así. Los científicos han comenzado a armar el rompecabezas de lo que sucede en el momento en que conoces a alguien nuevo y lo que activa o no el interruptor de atracción eléctrica.
Comprender por qué te atrae una mujer y no otra vale la pena por dos razones. Primero, cuando busque un romance significativo, ¿no sería bueno saber exactamente dónde están los botones, en su pareja potencial y en usted mismo, y cómo presionarlos? En segundo lugar, si hay pistas que predicen que probablemente nunca se encenderá la mecha de una relación en particular, ¿no le gustaría reconocerlas lo suficientemente pronto como para ahorrarse un dolor de corazón innecesario? ¿No pueden las citas implicar menos alquimia y más ciencia para variar?
La investigación sugiere que la respuesta es sí. No debería ser una gran sorpresa que gran parte de la acción de atracción invisible esté ligada a sus sentidos, incluidos estos:
1. La nariz lo sabe . Se estima que los humanos pueden distinguir alrededor de 10,000 aromas, un número asombroso considerando que nuestros ojos solo pueden diferenciar 250-300 colores. Muchos de esos olores desencadenan respuestas que desconocemos. Por ejemplo, en hombres y mujeres, los compuestos llamados moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) juegan un papel vital en nuestro sistema inmunológico, gobernando cosas como el tipo de sangre y la compatibilidad del trasplante de órganos. También se cree que influyen en la selección de pareja de una manera que evita demasiadas similitudes genéticas en los padres potenciales, algo muy bueno. Esa información se transmite a través de aromas.
En un experimento, se pidió a las mujeres que olieran las camisetas que usaban los hombres durante dos noches (sin desodorante) y que eligieran las que más «les gustaban». Con mucho, las mujeres eligieron con mayor frecuencia camisas que usaban hombres cuya huella de MHC era menos parecida a la suya, sin saberlo, filtrandolas por compatibilidad reproductiva.
Tales intercambios subliminales de información pueden explicar por qué un solo beso puede cimentar la atracción entre amantes potenciales o tener el efecto contrario. Tus moléculas MHC simplemente no mienten.
2. Los ojos lo tienen. Cuando conoces a una mujer por primera vez, o consideras a alguien que conoces desde hace un tiempo bajo una nueva luz, estás recibiendo y procesando señales visuales sin tu conocimiento. Un criterio que se considera inconscientemente es la «simetría facial». Muchos estudios han demostrado que encontramos a las personas más atractivas cuando un lado de su rostro refleja más de cerca el otro. Una posible razón: el estrógeno y la testosterona pueden desempeñar un papel clave en el desarrollo facial durante la adolescencia, quizás señalando una ventaja genética.
Además, la relación entre el tamaño de la cadera y la cintura parece desencadenar la atracción tanto en hombres como en mujeres, posiblemente transmitiendo información sobre la viabilidad reproductiva. Nuestro sentido innato de «belleza» puede codificar información sobre quién es más probable que lleve nuestros genes hacia adelante.
3. Música para nuestros oídos. Los experimentos revelan que las mujeres encuentran más atractivos a los hombres con un tono de voz profundo, mientras que los hombres prefieren a las mujeres con voces más agudas. Curiosamente, el tono de voz de una mujer varía a lo largo de su ciclo mensual, elevándose durante la ovulación.
4. Memory Lane. Es común que la atracción se desencadene por una asociación inconsciente con relaciones pasadas mucho tiempo atrás, porque nunca nos recuperamos por completo del primer amor. Una vez más, sus sentidos están tomando las decisiones, como cuando alguien nuevo usa el mismo perfume que su primera novia; cuando su risa suena como la de una mujer que alguna vez amaste; cuando su color de pelo te recuerda a la chica de la que te enamoraste en sexto grado. Solo asegúrese de que la atracción actual tenga una base en el aquí y ahora también.
Si todo esto te hace sentir que las probabilidades de encontrar un romance duradero son peores de lo que pensabas, ¡piénsalo de nuevo! La noticia alentadora en la investigación moderna es que la biología está de su lado, ayudándolo a encontrar exactamente la pareja adecuada para usted.