Si hay un tema común en el repertorio de casi todas las cantantes es una balada o un himno sobre ser tratada con respeto. Nos empodera la música y la pasión de las palabras, estamos decididas a ser esa mujer que tiene igualdad en casa.
Pero, ¿buscamos y esperamos activamente la igualdad en nuestras relaciones tanto como la esperamos en nuestro lugar de trabajo y en la política? Universalmente, todos queremos ser respetados, apreciados, que nos digan que somos importantes, que somos amados y deseados.
Queremos sentir que también somos vitales e importantes en nuestras relaciones, que somos socios iguales en la amistad o en el amor. Todos estos son deseos importantes. Estos deseos tienen la capacidad de hacernos sentir mágicos o sin importancia. Y tan fácil como decir que debes amarte a ti mismo antes de poder amar a otra persona o necesitas ser tu propio mejor amigo, es mucho más difícil de poner en práctica. Hemos desarrollado la necesidad de ser validados por otros.
A veces, nuestras necesidades y deseos nos hacen dejar de lado nuestro deseo de participar en pie de igualdad en nuestras relaciones. A veces esa necesidad de validación nos permite aceptar comportamientos o personas que sabemos que no son saludables para nosotros.
Tal vez tengamos miedo de estar solos, tal vez nuestro entorno social gire en torno a las parejas, tal vez no nos hemos creado una vida que sea inmune a las presiones externas. Hay muchas variables posibles, pero la única variable que no se puede negociar es ser tratada con respeto como un socio, como un participante igual en cualquier relación.
He visto tantas relaciones en las que el poder está en manos de una sola persona; donde el control sobre la relación y la otra persona es más importante que cualquier otra emoción. Los conceptos de amor y respeto, cortesía y consideración no se encuentran en ninguna parte. El concepto de igualdad de socios no se encontraba por ninguna parte.
La igualdad y el respeto en nuestras relaciones es una necesidad absoluta. Necesitamos crear las condiciones para que eso suceda. Necesitamos llegar a la relación listos para ser socios.
¿Cómo puedes hacer esto?
Las relaciones son un trabajo duro, pero vale la pena ser tratado como un participante vital. Todos merecemos un amor saludable y experiencias alegres y edificantes. Deberíamos esperar ser un socio igualitario, merecedor de respeto. El respeto es la base de todas las cosas buenas. Permítase la oportunidad de descubrir todo lo que puede ser una relación, con su autoestima y valor a la cabeza.
Sobre el Autor:
Carlynne McDonnell es la autora de LA GUÍA PARA TODAS LAS MUJERES HACIA LA IGUALDAD. Tiene una Maestría en Políticas Públicas y ha trabajado en el mundo corporativo, educativo y sin fines de lucro durante más de 30 años. También es fundadora de la organización sin fines de lucro Change in Our Lifetime, que se dedica a lograr la igualdad para las mujeres.